La ausencia evidencía necesidad

Ayer terminé mi día haciendo ejercicio, hoy toca descanso asi que me he relajado bastante. Tenía pendientes en el ámbito educativo pero el día de hoy no hemos tenído luz en casa, el servicio estuvo ausente desde las 9 de la mañana hasta hace unos minutos.

Y a eso va un poco el título de hoy.

Cuando era niña la verdad es que el estar rodeada de la familia no me hacia percatarme de una particularidad de mi ser, disfruto la compañía de la gente, mi gente cercana, y no me causa problemas estar horas y horas, dias y dias a su lado; convivir, platicar y compartir son los grandes pilares de mi vida (entre muchos otros).

La cosa está en que cuando me fui a vivir a la CDMX, por allá del 2013, entre que llegue a vivir a casa de mi hermano (el cual casi nunca se encontraba en casa) y mi nuevo estilo de vida me hizo darme cuenta de que tengo una necesidad enorme por el silencio.

El silencio es de esas cosas que estaban más no era consciente de ello, al inicio notaba más la ausencia de la gente (por la costumbre) pero aun con ello nunca me hizo falta nada (al no tener su presencia), apreciaba los momentos a solas, la calma del cuarto, las noches oscuras y silenciosas, las mañanas tranquilas en mi individualidad; por mucho tiempo pensé que era algo nuevo, que me estaba adaptando, pero con el tiempo me percate que era algo que siempre había necesitado y que no había tenido el espacio para poder regocijarme en la “ausencia”.

Hoy, al no haber internet, ni televisión, mucho menos radio (que ya no se acostumbra a haber en los hogares), ni teléfono, hubo una calma total en casa. Pude descansar mejor por la tarde; después de la comida y, aunque todos estabamos en el mismo espacio, nadie comentaba nada y solo era eso -compartir el espacio-. Lo disfruté tanto.

Al regresar la luz, mi familia se lleno de alegría al ver el regreso de energía eléctrica y rápidamente empezaron a encender luz, televisión, aumentar los sonidos de sus celulares y, en lo que a mi refiere, el impulso de esa necesidad me llevó a subir a la planta alta de la casa y volver a encontrar la tranquilidad del espacio que había existido hasta antes del momento en que llegó la luz.

Y aqui estoy, escribiendo esto porque la sensación placentera que me genera el silencio es tanta que me inspira a escribir estas líneas de como algo tan común y sutil como estas vivencias me recuerda lo mucho que necesito el silencio y la calma que transmite.

Me hubiera encantado que este día hubiera terminado asi, solo con nuestro silencio y la compañía de una vela.

Velita mágica 🪄 🕯

Atentamente, Cerisselle.

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