Hoy fue un día regular, más común que nada. Al despertar salí a surtir alimentos para el desayuno, yo en lo particular solo tomé agua, no tenía hambre, pero acompañé a mi madre en su hora de desayuno.
Al término nos dispusimos a salir a ver los trámites para el beneficio de 65 y más, ahí tardamos un poquito pero todo salió bien, por lo menos la atención fue amena.
Saliendo decidimos aprovechar para salir a surtir despensa pero previo a ello el espirito de la señora de las plantas entro en nosotros y nos dispusimos a ver las plantitas que tenían en el super. Terminamos comprando un “palo de Brasil” y una hierbabuena.
Nuestra despensa consistió en muchas verduras, una que otra salcita mágica (para darle sabor a la comida) y se nos alborotó el antojo de coctel de camarón así que se nos pegaron unos camaroncitos cocidos y todo lo necesario para poder prepararlos en casa, la verdad me supieron a gloria. La comida de hoy fue un 10/10.
Lo único malo de lo anterior es que me entró, ya pasada la tarde, una pereza enorme que me llevó a tomar una siesta vespertina pero tan pronto desperté me dediqué al ejercicio que me correspondía por hoy. El dolor de piernas ya empieza a disminuir, lo cual es un avance, y me anima mucho ver que poco a poco ahí la llevo.
Antes de dormir salí a ver las suculentas que están en recuperación, las podé un poquito de las hojas marchitas, ojalá sobrevivan, y me dispuse un poco a seguir subiendo mis fotitos a Instagram de manera cronológica para poder ponerme al día. Ya voy en el año 2019, ya queda poco por compartir.
Atentamente, Cerisselle.